Los presos detenidos en el centro de detención preventiva (PRO.KE.KA) del campo de refugiados de Moria (Lesbos, Grecia) están en huelga de hambre desde el pasado 5 de abril de 2020. Los presos en huelga de hambre exigen su liberación inmediata para evitar las desastrosas consecuencias que conllevaría un brote del COVID-19 en la prisión.
En declaraciones han afirmado que “todas las cárceles del mundo han liberado a los prisioneros… decidimos morir o ser libres”. La policía a cargo del centro de detención ha respondido con burlas, intimidación y violencia. Se ha desplegado una unidad de las fuerzas especiales de la policía durante al menos 24 horas, que ha hostigado y amenazado a los detenidos. Según uno de los presos, “han sacado prisioneros para interrogarlos y uno de ellos ha sido apalizado… Quieren saber por qué hacemos esto”. Cuatro de los presos en huelga de hambre se han cosido la boca. Sin embargo, unas horas más tarde un médico ha visitado la prisión y ha procedido a retirar el hilo por la fuerza.
A pesar de haber anunciado la liberación de prisioneros con penas bajas, y en un contexto de liberación global de prisioneros durante la pandemia de Coronavirus, el estado griego insiste en que no liberarán a las personas migrantes en detención. Un tribunal ha determinado que los prisioneros de uno de los campos cerrados en el norte de Grecia deben permanecer detenidos porque existe riesgo de fuga. Más bien lo contrario, el estado griego ha aumentado la detención de las personas migrantes, convirtiendo los campos de refugiados en prisiones efectivas donde el acceso a la atención médica adecuada, la higiene, el agua y la capacidad de mantener la distancia social son imposibles. La huelga de hambre en la PRO.KE.K.A de Moria no es la primera en Grecia tras el inicio de la pandemia del COVID-19. El 3 de abril, los prisioneros del centro de detención de Drama Paranesti se declararon en huelga de hambre después de recibir alimentos en mal estado. Uno de los detenidos afirmaba que “70 policías antidisturbios entraron al campamento anoche y nos golpearon a todos con porras, cinco personas se encuentran en estado crítico y hay rumores sobre el fallecimiento de una persona”.
Las personas en la prisión de Moria están detenidas por razones administrativas y no han cometido ningún delito. Muchos de los presos son arrestados durante tres meses debido a su nacionalidad, ya que provienen de países de “perfil bajo”. Se considera que un país tiene un perfil bajo cuando menos del 25% de los demandantes de asilo provenientes de ese país son reconocidos como refugiados. Las solicitudes de algunos de ellos son rechazadas sin siquiera haber hecho la entrevista de asilo, sobre la base de “no cooperación”, simplemente porque no se ha encontrado un traductor apropiado. También se encuentran detenidas personas que han infringido la restricción territorial en las islas. Por último, una parte de los presos han recibido la segunda denegación en su solicitud de asilo, o han firmado la deportación voluntaria. Se mantiene la detención de ambos perfiles a pesar de que no hay deportaciones programadas en un futuro cercano.
Organizaciones legales han descrito las condiciones en Moria PRO.KE.K.A como “trato inhumano y degradante“. Los detenidos denuncian incidentes regulares de violencia y acoso policial, por los cuales nadie ha rendido cuentas. Estos incluyes palizas, aislamiento y castigos colectivos en forma de falta de acceso a alimentos y teléfonos, que son un salvavidas dentro del centro, ya que significan el contacto con organizaciones legales, con las familias y el mundo exterior. A los presos se les niega sistemáticamente el acceso a atención médica y apoyo psicológico. Los detenidos informan regularmente la falta de acceso al personal, la negación de medicamentos vitales y la negativa a llevar a aquellos con enfermedades graves al hospital público. El encarcelamiento de presuntos menores y supervivientes de tortura y guerra es común. Las solicitudes de las personas sirias son declaradas “inadmisibles”, ya que en virtud del acuerdo con la UE, Turquía se considera un “tercer país seguro”. Los hombres solteros sirios son detenidos en espera de la deportación a Turquía.
La situación en el interior ha llegado a un punto crítico después de la implementación de la nueva ley de asilo del gobierno de Nueva Democracia. Desde entonces, ha habido un incremento del número de solicitudes de asilo denegadas así como un aumento las deportaciones. En algunos casos, las personas han sido deportadas a pesar de que esperan decisiones administrativas o judiciales con respecto de sus demandas de asilo. Los que están en Moria PRO.KE.K.A no tienen esperanza, ya que sus compañeros detenidos son deportados sin haber puesto un pie libre en Grecia. El 6 de enero de 2020, un hombre de 31 años fue encontrado ahorcado en su celda después de ser trasladado a una celda de aislamiento. Desde entonces, han habido varios intentos de suicidio. En uno de los casos, un hombre que intentó suicidarse fue deportado al día siguiente. En más de una ocasión, los intentos de suicidio fueron precedidos y seguidos de violencia y acoso policial.